Saludos amigo, este post lo puso hace algunos meses nuestra amiga Soledad.
Ayer vi un comentario de alguna de las chicas que nos visita invitando a Soledad a seguir colaborando y visitandonos.
Uniendome a ese pedido y para recordar la calidad de sus notas, estoy reeditando este magnifico post de su autoria, LA ABSURDA COQUETERIA , que nos enseña un poco la vanidad, la coqueteria y la lujuria del pensamiento femenino...
Espero sea de su agrado. Ricardo.
¿Por qué trato de engatusar a tipos a los que jamás permitiría que me chuparan ni la punta del dedo gordo del pie, peor algo mas?
¿Por qué esa obstinación inconsciente de resultar atractiva aunque no tenga la menor intención de intercambio erótico con el sujeto de mi seducción?
Ya me controlo y no soy de las que va con tacones al súper o pintarrajeada a comprar el periódico, pero da igual, mi mente retorcida ha ideado otros modos de seducir sin que sean tan evidentes. Me salen espontáneos y disfruto como una idiota cuando funcionan. Son técnicas básicas, surgen como oportunidades según la situación: la sonrisa es lo fácil, pero es más emocionante un rubor. A veces basta una mirada de sorpresa o de gratitud, o mejor todavía, esa esquiva con pestañeo rápido que da a entender claramente que has sido pillada en un pensamiento sucio…dejar que tu mirada te descubra sedienta de aventura... pero , claro, no todos se dan cuenta.
Me supone mucho placer ver que la víctima responde, se estimula y procura un acercamiento, intimar, charlar… pero para entonces ya no estoy interesada. Mi objetivo está cumplido.
No quiero dármelas de facil o aventurera con esta confesión porque no tengo claro si soy víctima o verdugo de esta fijación, metida en este rol tan femenino, que pareciera que nada somos si no somos capaces de ponérselas duras.
Soledad.....