También procuraba leerse todos aquellos que trataban sobre infidelidades o intercambios. Un buen día mientras estábamos en el sofá, con nuestros hijos en casa de unos amigos, ligeritos de ropa y calientes nuestros cuerpos y tuvimos la siguiente conversación mientras nos íbamos acariciando los pechos y la polla: Cariño, parece que te divierte leer cómo le ponen los cuernos a otros, ¿No será que me los estás poniendo a mí o que te gustaría llegar a ponérmelos? Cielo, yo nunca te podría ocultar las posibles aventuras que tuviera y si surgieran siempre serían con tu permiso.
Oír aquello me excitó, pero también me sorprendió. Mi recatada esposa no negaba que pudiera llegar a tener aventuras con otros,sólo lo supeditaba a que yo le diera la autorización. Era increíble lo que mi mente podía volar en aquella situación y mi polla creció como nunca y estoy seguro que ella lo notó porque se sorprendió de la fortaleza de mis embestidas. Unas semanas más tarde de aquel acontecimiento me tuve que desplazar a impartir unas charlas a otra Universidad y, dado que era una ciudad en la que mi mujer nunca había estado, solicitó a su jefe de zona unos días libres y me acompañó. Aquellos días resultaron de lo más alegres. Habíamos hecho muchos amigos y yo coincidí con otros colegas de otras Universidades que hacía tiempo que no veía, por lo que las noches eran muy animadas y mi mujer siempre disfrutaba de los comentarios amables que le dirigían los hombres e incluso provocadores de algunos colegas que yo consideraba lanzados de más. Por las noches, tanto por los efectos del alcohol como de dichos comentarios mi mujer llegaba tremendamente caliente e incluso el último día jugamos a que se fuera a quitar el tanga al servicio y regresara a la mesa donde cenábamos con el coño al aire. Aquello nos pareció increíble y como era la primera vez que hacíamos una cosa así la adrenalina se nos disparó de tal manera que no veíamos el momento de irnos a follar a la habitación.
El último día nos despedimos del resto de las personas conocidas ya que nosotros habíamos decicido hacer un poco de turismo y quedarnos en la ciudad. Estuvimos paseando después de la comida y comentando todo lo que nos había ocurrido. Ella me dijo lo caliente que se puso en diversas ocasiones y cómo si hubiera estado soltera se hubiera follado a más de uno de mis colegas, ya que le gustaron mucho y sobre todo cómo la trataban.
Tras la cena decidimos ir a una discoteca de esas de mediana edad. Estábamos muy desinhibidos y tras pedir una botella de vino y dos copas nos sentamos al lado de la pista. Estábamos viendo a las parejas bailar y nos reíamos y besábamos sin ningún tipo de reservas ya que sabíamos que sería muy difícil, sino imposible, encontrarnos con alguien conocido en aquel local. Cuando se nos acabó la botella decidimos darnos un respiro y acercarnos a la barra a pedir otra botella más. En eso estaba yo, pidiendo la botella, cuando oigo que alguien se dirige a mi mujer para que baile con él. Era un hombre que ya había visto por allí y que había estado bailando solo y mirándonos de forma ocasional (al menos eso pensé yo). Mi mujer rehusó la invitación, pero el hombre insistió, entonces fue cuando le dijo que estaba con su marido y que sólo bailaba conmigo. En ese momento el hombre se dirigió a mí y me dijo: - Usted parece una persona culta y entenderá que a cualquier hombre le apetezca bailar con su esposa. Ya que ella dice que sólo baila con usted es por lo que le solicito que me permita acudir a la pista con ella para poder disfrutar del ritmo que he comprobado que desborda. Evidentemente yo ante tanta galantería y educación no me pude resistir y viendo que a mi mujer no le desagradaba la idea les invité a disfrutar en la pista de baile. El no perdía ocasión para apretarla a su cuerpo y bajar su mano por el culo de mi mujer, pero no quise que después me tacharan de celoso y me puse a pensar en otra cosa. En se momento lo único que se me vino a la mente fue aquella frase en que mi esposa me había prometido que no iba a haber nada con otros hombres sin mi autorización. ¿Se estaría refiriendo a situaciones como esta? Mi mente no paraba de darle vueltas a esa idea cuando de repente me abordó un hombre:
¿Es usted el esposo de esa belleza con la que baila mi amigo? Permítame decirle que tiene una mujer bellísima y que desborda sensualidad. Muchas gracias - dije medio ruborizado. Sé que tengo una gran mujer, en todos los sentidos, a mi lado. Seguro que la aprovecha usted bien. Me dijo en un tono entre pícaro y pervertido, pero yo no quise darle mayor importancia.
Es muy completa. Eso salta a la vista Vaya culo y tetas que tiene. Perdóneme si le molesto con mis comentarios, pero es que salta a la vista su físico. Si, dije yo deseando que aquella conversación acabara cuanto antes. Al poco rato regresó mi mujer con su compañero de baile ya que hubo un cambio de música y mi mujer se abalanzo en mis brazos dándome un beso en los labios que me demostraba la calentura que llevaba. Tras las presentaciones oportunas, el que la llevó a bailar nos dijo que quería agradecernos la gentileza y que dado que se encontraban muy cansados después de tanto ejercicio y que como los sillones de arriba eran más cómodos que nos fuéramos a tomar una nueva botella a esa zona, que invitaba él.
Mis negativas fueron en vano y dada la insistencia de los tres (mi mujer incluida) no me quedó más remedio que aceptar. Incluso creo que algo tuvo que ver en esa decisión el hecho de que no suelo beber y ya llevara dos botellas de cava bebidas. Subimos y tomamos asiento en una zona algo oscura desde donde se podía ver la pista inferior. Dado mi interés, decidieron que yo pasara primero y dejaron a mi mujer en el medio. Nuestras conversaciones eran fluidas y cada vez más extrañas. Mi mujer enseñaba casi la totalidad del muslo y cada vez que se reía (que era muy a menudo) sus tetas se le movían como si quieran saltar del sujetador que las medio tapaba.
Se llamaban Xavier y Antonio. Xavier estaba entre mí mujer y yo y Antonio era el que se encontraba más distante de mi posición y era el que había estado bailando con mi mujer. Como os decía las conversaciones fueron aumentando de tono y con los chistes verdes, llegó el tema del sexo en nuestra pareja y fue Antonio el que dijo: Con una hembra como esta no tendrás problemas de follar como un loco y no necesitaras a ninguna otra mujer.Evidentemente, yo siempre le he sido fiel a mi esposa y supongo que ella a mí, dije entre risas. Eso ya lo sabes que es así, cariño. Ya sabes que si tu no me dasautorización, yo nunca tendré relaciones con otro hombre, me recordó mi mujer. Eso está bien - terció Xavier. Así se evitan los problemas en la pareja y disfrutan los dos ya que uno no se propasará si sabe que no cuenta con el visto bueno del otro. Por ejemplo ahora cariño, Antonio me ha puesto tremendamente caliente mientras bailábamos en la pista y me ha pedido que nos fuéramos a su coche pero yo le he dicho que me debo a mi matrimonio y que no haría nada de nada. La verdad es que he notado su enorme polla pegada a mi coño .
No daba crédito a lo que oía, pero a la vez me excitaba lo que me estaba diciendo ya que yo estaba notando su calentura. En eso, de nuevo Antonio me sacó de las nubes al decirme: ¿Me das permiso para comprobar la dureza del culo de tu esposa?Me sorprendí a mí mismo oyendo como le decía muy bajito que sí a lo que mi mujer reaccionó levantándose un poco y pasando con sus tetas casi al lado de la cara de Xavier me dio un beso en los labios recorriendo toda mi boca con su lengua. Cuando acabamos pude comprobar cómo Antonio le había dado un cachete en su culo y levantándole la falda estaba masajeándolo con las dos manos. Antonio se dirigió a mí alabando las excelencias de mi esposa y mi suerte como marido suyo ya que no todos los días se podía admirar una hembra de ese calibre y me solicitó permiso para poderle tocar sus pechos y pezones ya que le parecían únicos en el mundo. Yo nuevamente balbuceé un si, Mi mujer disfrutaba como nunca la había visto y se dejaba llevar por las sensaciones que percibía.
Tanto era el placer que recibía que me dije a mí mismo que esos amigos deberían recibir ellos un placer semejante y cogí una de las manos de mi esposa y la puse encima del que ya se adivinaba pollón de Antonio y lo mismo hice con la otra para ponerla encima de similar aparato que aparentaba tener Xavier. En ese momento a mi todo me daba igual, ella disfrutaba como una posesa y yo nunca había gozado tanto sin participar en ello.
Mi esposa me dijo: -Necesito la polla de estos dos amigos dentro de mí de una forma salvaje, brutal y de nuevo te pido que me ayudes a cumplir mis deseos. Pero … ya sabes que sólo lo haré si tu, mi cornudo, estás de acuerdo en que me vuelva una puta viciosa. Quiero que acabes de desnudarme totalmente para que pueda sentir todo el placer que puedan darme y dado que fue Antonio el que me descubrió quiero que sea él el primero que me penetre . Por tanto, y para que Xavier no se aburra, le comeré ese pollón que no sé si me cabrá en la boca de lo gordo que es. Tu mientras tanto mira como la puta de tu fiel esposa es follada delante de ti en un sitio público y si tu quieres te puedes masturbar en donde te encuentras. Sin pensarlo dos veces me levanté, me acerqué a ella y le retiré como pude la blusa y la falda totalmente arrugadas. Y como tenía que estar conforme con lo que ella quería, me propuse que la mejor forma de que ella notara que yo deseaba que ella disfrutara era ponerla a cuatro patas encima del sofá. En esa posición le acerqué su boca a la polla de Xavier y se la introduje. Vi como subía y bajaba y como su saliva la hacía brillar de una forma especial.
Una vez acoplada esa zona le pedí permiso a Antonio para cogerle su polla y acercarla al coño de mi mujer. Una vez allí le dije fuerte para que los tres pudieran oírlo que ahora era su momento y que la hicieran gozar y se corrieran dentro de ella las veces que quisieran. El espectáculo era increíble, allí en medio de una discoteca,donde los dos camareros de aquella pequeña barra no se perdían detalle, estaba siendo follada mi mujer mientras se la chupaba a otro y yo optaba por sacar mi polla para masturbarme allí. Los movimientos eran frenéticos. Las tetas de mi mujer se movían de un lado para otro y Antonio y Xavier rivalizaban por cogerlas de la forma más firme y placentera para ella.
Los tres se corrieron juntos y mi mujer no dejó escapar ni una gota de la polla de Xavier, En ese momento tomó nuevamente la palabra y nos dijo: ¿Sabéis una cosa? Yo cuando me casé era virgen por todos los sitios y al día de hoy todavía sigo siendo virgen por uno de ellos. ¿Por cual? - terció Xavier. Evidentemente por el culo, amigo mío y espero que mi querido esposo no se oponga a que como premio a vuestra buena disposición para darnos placer se lo entregue a Antonio, mientras tu Xavier haces un sándwich conmigo y me penetras nuevamente por este coño deseoso de ser follado de nuevo. ¿Qué opinas, maridito cornudo? ¿Crees que es una buena forma de agradecer lo que estos chicos han hecho por nosotros? o quizás se te ocurre otra horma más excitante.
Pensé lo mucho que le dolería a mi querida mujercita ese pollón entrando por su culo virgen, pero rápido se me desvaneció la idea.Una vez los tres en posición, les grite que se animaran que lo que quedaba ya era tarea suya. Xavier lo tuvo fácil para penetrarla ya que el coño estaba tan dilatado que podían entrar hasta tres pollas como la suya si allí hubieran aparecido, pero Antonio estaba intentando abrirse paso lentamente. En ese momento pude comprobar como todos se movían rítmicamente y como mi esposa vibraba de placer. Los gritos casi apagaban el ruido de la música y las pocas personas que había en la planta superior contemplaban extasiados el espectáculo. Nunca había experimentado algo así. Mi polla estaba nuevamente dura así que aproveche a llevar mi mano a ella y masturbarme. Tras un momento de placer acabé sobre la espalda de mi esposa. Ella rebosaba semen mientras que Xavier suspiraba de placer debajo de ella.
Estuvimos un rato todos desnudos acabando lo que quedaba de la botella de cava y en un momento dado mi mujer se dirigió a mí para decirme: ¿Ves como nunca te sería infiel sin tu permiso? Tu me has dado autorización no sólo con tus gestos sino con tus hechos ya que te has corrido como mínimo dos veces. Te mereces una recompensa, que te la daré en el hotel . Será nuestra guinda del pastel.
Nos despedimos de nuestros amigos Xavier y Antonio intercambiando los números de teléfono y prometiendo que haríamos todo lo posible para volver a vernos. ..............
Espero sea de su agrado...