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miércoles, 3 de diciembre de 2008

TOOTHING..SABES QUE ES......

Tendencias: Sexo furtivo con extraños, la moda del toothing


En las grandes ciudades, a lo sumo, se dispone de un cuarto de hora libre en el enlace entre trenes de cercanías y el metro. Y eso es precisamente lo que intenta aprovechar el «toothing», una nueva manera de usar el teléfono móvil. El dispositivo «Bluetooth» que incorporan ya muchos de los terminales modernos, permite poner en contacto, por onda corta y de forma gratuita, a quienes están en un radio de unos diez metros, para rastrear en el propio vagón en el que viajan y comprobar si hay alguien que quiera practicar «toothing», es decir, sexo.

Con una experiencia de este tipo y mentalidad de pionero, un londinense llamado Jon, pero que se presenta como «Toothy Toothing», ha puesto en marcha un foro para promover una actividad que él mismo ha bautizado. En su «Guía para Principiantes de Toothing» asegura que la práctica, que también es posible realizar con ordenador, se ha extendido por todo Londres y ya comienza a llegar a otras capitales mundiales. De hecho, en la página web aparecen reclamos internacionales de personas interesadas en procurar que en su entorno habitual -recorridos en transportes públicos, bares, clases...- haya cada vez un mayor número de usuarios.
Modo de empleo

Según la definición de la guía, «toothing» es «una forma de sexo anónimo con extraños, normalmente en ciertas modalidades de transporte o áreas cerradas tales como una conferencia o seminario». El emisor activa el Bluetooth y envía un mensaje -basta con escribir «toothing» para que se sepa cuáles son sus pretensiones- a otros móviles con la misma tecnología que capta en su radio de acción, sin necesidad de marcar números de teléfono, que además no conoce. Quien acepta recoger el guante responde a la invitación y se concierta una cita. «Si la otra parte está interesada, se intercambian mensajes hasta que se acuerda un lugar apropiado, normalmente un lavabo público, aunque hay historias en sitios de mucha más aventura como vagones vacíos», ha asegurado Jon en la prensa.

Jon, un veinteañero dedicado a las finanzas, vive en a las afueras de Londres. «El viaje en tren por la mañana y por la noche es lento, pesado y lleno de gente miserable utilizando sin entusiasmo una nueva tecnología con posibilidades. Reconoces las caras de la gente, pero nunca hablas con ellos», asegura. Así que se puso a sacar partido al «Bluetooth» y concertó su primera cita, con un móvil que respondía al nombre de Ángela (los nombres, en ocasiones muy creativos, permiten identificar el sexo del otro, aunque en ocasiones hay chascos). «Después de varios flirteos -añade-, ella sugirió un breve encuentro en el lavabo de una estación. El encuentro no fue algo romántico, sino puramente sexual. Apenas se dijo nada».

Otro practicante del «toothing» llamado Steve ha encontrado solución a sus frustraciones: «Lo bueno del «toothing» es que no hay presión; al principio era reacio a enviar mensajes, pero el saludo estándar que vi en la página web del foro es tan inocuo que no puede ofender a nadie».

En el juego, según Jon, el descubrir quién entre los presentes es el que se ha puesto en contacto con uno, supone un gran aliciente, incluso aunque todo quede en una comunicación entre móviles. «Al principio -comenta- sólo tienes el mensaje de alguien y tu intuición, y lo mismo le ocurre a la persona que ha conectado contigo. Obviamente, cuando llega el mensaje echas un vistazo a tu alrededor. ¿Acaba alguien de teclear en su móvil? ¿Hay alguien en el vagón mirando a los lados en busca de otra persona? Al principio es como el perro y el gato».

Precisamente ese cruce de personajes que no se conocen entre ellos es uno de los reclamos de esta nueva forma de utilizar la tecnología «Bluetooth». «El elemento de lo desconocido, de que estás conectando con alguien que está cerca de ti pero que tú no conoces, es un factor de novedad que está ayudando al lanzamiento de este nuevo modo de interacción social», según un experto consultado por Reuters.

Internet como tablón de anuncios

Quizá porque «Bluetooth» aún no está muy extendido o tal vez porque muchos de los que lo tienen no se prestan a una relación sexual, en internet hay colgados anuncios de personas que están deseando practicar «toothing» pero no encuentran socio. «¿Por qué en la Línea Central del metro de Londres las mujeres no tienen activado su «Bluetooth»? Desde hace tres meses pruebo diariamente en esa línea y lo único que encuentro son homosexuales», se queja alguien con el nombre de Redlinetooth (la Central Line es de color rojo). «Gays, por favor, cambiad la denominación de vuestro teléfono para que sepamos que se trata de vosotros», escribe alguien con cierto enojo.

Y con evidente desespero preguntan dos usuarios del servicio ferroviario entre Cambridge y Londres: «¿No hay nadie que haga «toothing» en estos trenes?». Por su parte un tal «Boi» concreta por adelantado la hora y el lugar donde se encontrará para que su «toothing» sea más efectivo: «Estaré cerca de la estación de London Bridge entre las 9.45 y las 10 mañana, si hay alguien interesado... ya sabe». ....

FUENTE:http://www.tuonda.cl/portal

¿Te apetece una cita a ciegas?
Pues practica ‘toothing’
ES UNA NUEVA MODA QUE VA GANANDO ADEPTOS POCO A POCO. CONSISTE EN UTILIZAR EL BLUETOOTH DEL MÓVIL PARA PROPONER ENCUENTROS CON QUIEN ESTÉ EN SU RADIO DE ACCIÓN. NUNCA SE SABE QUIÉN RECIBIRÁ EL MENSAJE


Luis M. reconoce que le pierde el sexo. También se confiesa tecnoadicto. Además de los equipos que tiene en casa, no sale a la calle sin su teléfono móvil, su PDA y, si va a trabajar, el portátil. Hace años que practica cibersexo, chatea y ha quedado en varias ocasiones con chicas para citas ocasionales. El verano pasado leyó en Internet algo sobre una nueva moda que unía ambas pasiones, ligar a través del móvil. Los ingleses lo llaman toothing y Luis quiso practicarlo.
“Desde entonces siempre llevo el Bluetooth de mi móvil activado, nunca sabes donde puede saltar la liebre, la chica en este caso”, comenta. Bluetooth es una tecnología para comunicar entre sí varios equipos por ondas de radio. Con un alcance de unos diez metros, sus creadores la idearon para permitir la trasferencia de información entre un ordenador y el teléfono móvil, por ejemplo. Pero algunos le han descubierto otras posibilidades. “Cuando voy por la calle o en el metro, mi teléfono puede detectar otros móviles con Bluetooth. Elijo uno y le envío un mensaje. Antes sólo ponía ‘¿hacemos toothing?’, ahora lo he españolizado con un ‘¿te apetece algo con un desconocido?’, voy al grano. Esta parte es la más cachonda, nunca sabes quién lo va a recibir, si es chica o un tío. Y me pongo a mirar alrededor para ver si alguien echa mano del teléfono. La mayoría de las veces no ocurre nada.
Muchos no tienen el Bluetooth puesto”. “En otras ocasiones reconozco al destinatario de mi mensaje por la reacción de su cara, mitad sorpresa, mitad cabreo. Sólo los que saben algo de lo que es el toothing se ponen a buscarme. Una vez me respondió alguien diciendome ‘¿quién m... eres!’.
Tuve que aguantar la risa para que no me pillara. Pero ya van ocho meses y aún no he ligado”, se lamenta. Luis ha ido con su Nokia 7610 a las zonas más concurridas de Madrid: la calle Preciados, la FNAC, al centro comercial de La Vaguada y nada. “La vez que más cerca estuve fue en el SIMO. Estaba en el pasillo central y detecté uno con el nombre de Sara00. Le envié el mensaje y al poco me respondió. La tenía enfrente, menudo corte. Pero me levanté y me acerqué”. Pero la historia no acabó todo lo tórrida que Luis deseaba. “¡Qué va, acabamos comiendo en un bar, riéndonos y hablando de ordenadores”. La pena de Luis es la pena que muchos otros han colgado en varios foros sobre el tema. “¿Dónde están las chicas?”, se puede leer en un mensaje.
Otro se lamenta de que las veces que ha recibido un aviso, era de otro hombre. Ante la sequía de féminas, los chicos anuncian futuros encuentros de aficionados al toothing: “Cita en la FNAC este sábado, lleva tu móvil activado”. “Toothing en la biblioteca de la Carlos III”. Pero no parece que tengan mucho éxito. Nacho sí lo tuvo hace dos meses. Buscaba sexo rápido con un desconocido y lo encontró. “Fue él quien me contactó en el Mercado de Fuencarral. Yo ya sabía de que iba el toothing así que cuando mi teléfono vibró y vi el saludo se me puso cara de tonto. Nos encontramos fácil a pesar de que había mucha gente. Vivo cerca y nos fuimos a casa, lo demás ya te lo puedes imaginar”. En los foros gays de bakala.org o chueca.com sí están familiarizados con el fenómeno. Lo que hace atractivo al toothing está en las palabras de Nacho. La emoción del encuentro casual, el “aquí te pillo, aquí te mato” o el morbo de hacerlo con un desconocido. “Aparte de su nombre, no recuerdo mucho más de él”, confiesa.

COSAS DE JUVENTUD

El perfil del practicante del ‘toothing’ es el de un chico o chica joven, familiarizado con las nuevas tecnologías y teléfono con Bluetooth —lo lleva la mayoría de teléfonos de gama alta—. Los ingleses, pioneros, se buscan vía móvil en centros comerciales y otros lugares concurridos como bares y discotecas. Tras traer el fenómeno a Baleares, locales como el As de 2 en Palma y el bar de copas Qui de Alcorcón comienzan a ser su punto de encuentro en España.
Ricardo

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