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domingo, 11 de enero de 2009

EL BUEN AMANTE


El buen amante no solo rinde en la cama
Dejemos la bobada: no existe una receta escrita con fuego que nos convierta en buenos amantes, pero hay algunas recomendaciones que sí ayudan a mejorar el desempeño en la cama. Lo primero que debe tenerse en cuenta es que la satisfacción sexual nada tiene que ver con el número de polvos sino con la calidad de ellos. Y lo segundo es que hay un abismo de diferencia entre los conceptos que tienen los hombres y las mujeres frente a este tema.
Ellos tienen una concepción del sexo más carnal y ambiciosa. Confieso que a las mujeres esa visión no nos disgusta, sin embargo no podemos evitar ligar ese placer a lo pausado y a lo afectivo.

Sea como sea, tanto para hombres como para mujeres un buen amante siempre debe interesarse porque su pareja disfrute. Esto, claro, no se logra simplemente queriéndolo hacer; es necesario conocer aspectos mínimos de la fisiología humana, sobre todo el que tiene que ver con la forma como reacciona, se comporta y se conecta el departamento inferior del cuerpo.
Todos deberíamos saber, por ejemplo, que mientras los hombres pueden acostarse todos los días y disfrutar al máximo sus polvos si así lo quieren, nosotras no; tanto la predisposición al aquello, como su disfrute, están ligados, en nuestro caso, a unos ciclos hormonales.
En otras palabras, hay días en que amanecemos tan ganosas que, por barrigones que sean, acabamos viendo a nuestras parejas saliendo del baño igualitos a Brad Pitt en la película Troya. En cambio, hay otros en que nos resulta más erótico hacer fila en el banco que amanecer al lado de los fulanos.
Para que tomen nota diré que sería preferible que nos dejaran tranquilitas después de que ovulamos, eso quiere decir que si deciden arrimarse, lo hagan a riesgo de pasar un mal rato. Lo mejor es que no insistan. Comprender eso ya les permite sumar puntos para convertirse en buenos amantes.En cuanto a ellos, si bien son carnales también es cierto que les gustan las sorpresas y que es posible derretirlos con un ambiente seductor que los motive a salirse del simple acto sexual.
Otra regla de oro de los buenos amantes, hombres y mujeres, es dejar el afán y saborear cada paso, lo que implica concentrarse en lo que se está, sin aceptar interrupciones: hacer las cosas 'entrada por salida' genera frustración, lo mismo que creer que el placer está de algún modo ligado a la belleza o a la edad.En cambio, sí que ayuda decirle a la pareja palabras bonitas, escucharla, procurar que lo que se haga sea del gusto del otro, tener la capacidad de verlo más allá del periné e incluso lograr que se sienta el centro del universo.
He aprendido que todo esto es posible así nosotras no seamos unas gatas sexy y así ellos lo tengan cortico. Hasta luego.

Fuente:OPINIÓNESTHER BALAC ESPECIAL PARA EL TIEMPO http://www.eltiempo.com

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Ricardo.